miércoles, 5 de febrero de 2014

Hispanistas

23 12 1953 Huntington 1
23 12 1953 Huntington 2
30 12 1953 Anna Huntington 1
30 12 1953 Anna Huntington 2
30 12 1953 Anna Huntington 3
16 01 1954 Deudas del amor y del honor por Concha Espina sobre los Huntington
03 03 1954 La pasión y el conocimiento por Concha Espina sobre los Huntington
02 07 1958 ABC Benigno Vega y Huntthington por Gregorio Marañón

martes, 14 de enero de 2014

Personas, naciones, España

En primer lugar el paralelismo entre la vida personal y la vida de las naciones.

Un resumen de la ideas de Julián Marías en su libro "Persona". Madrid. Alianza Editorial. 1966:

Toda comunidad humana tiene memoria, historia, anticipación o expectativa, en suma, argumento. Lejos de ser simplemente presente, y por tanto íntegramente real, consiste en tensión temporal y en un elemento de irrealidad. (pág. 16).


La personalidad se realiza en muy diversos niveles, es esencial la posibilidad de incremento o descenso, tanto individual como socialmente. (pág. 26).

Los problemas de la persona se trasladan a las sociedades en la mayor parte de las cuestiones, como la despersonalización colectiva, la entrega a la maldad, a la locura. 


La persona tiene dos categorías fundamentales que se trasladan a las sociedades: La vitalidad como intensidad  y la autenticidad. Los dos soportes de la condición personal que permiten la plenitud de las posibilidades. La vitalidad social es la esperanza de las sociedades, lo que posibilita el futuro como empresa.

La convivencia entre las sociedades aparece de manera similar a la de las personas para formar grupos y sociedades que engloban a las anteriores, con sus dificultades y sus ilusiones.


Como dice Julián Marías en su libro "Persona" : "Las experiencias radicales son el verdadero principio de individuación". En la vida las sociedades, la historia nos lo muestra de manera muy clara. 


La persona, como la agrupación humana es constitutivamente deficiente, indigente , menesterosa. Necesita innumerables cosas, siempre y en todos los sentidos.


Las vigencias sociales, las interpretaciones recibidas, la misma lengua, hacen que pueblos enteros -o épocas de cada uno de ellos- tengan un coeficiente de personalidad que puede ser enormemente variable.


Además la condición personal se manifiesta en como se trata a los demás, si como personas o cosas. En las colectividades humanas pasa lo mismo y da lugar en algunos casos a las mayores desgracias, como en el caso de los nacionalismos. Un caso extremo es el de los fanatismos religiosos.